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lunes, 17 de septiembre de 2012

Capítulo 2 Una visita inesperada?

Ya pasaron dos días desde el incidente de Sisi, y aunque hoy sea jueves, no espero nada bueno de el. Creo no haber mencionado que era integrante de la coral polifónica del pueblo con la tonalidad de bajo, pienso que tampoco merece la pena hablar mucho de ello debido a que no asisto a los conciertos desde que empecé, solo a los ensayos como apoyo y para ayudar al grupo en lo que necesiten. La considero como mi segunda familia, y a pesas de la alegría que me produce estar en ella, parece que mi maldición tiene cierta debilidad por la buena música, provocando que los días de ensayo, pase lo que pase, no vuelva a comenzar susodicha fecha. Pero toda ventaja tiene su inconveniente, y este es que tampoco me deja pasarme, ya que como dije anteriormente, no asisto a ningún concierto, exceptuando el primero, donde tras una gran actuación de todos nosotros, y de poder disfrutar del mayor momento de mi vida, volvíamos al principio de todo. Y para no hacer que la coral pierda su prestigio y siga creciendo, decidí no actuar pase lo que pase.
También he de recordar que soy jugador del equipo de baloncesto de aquí y solemos ganar muchos partidos e incluso campeonatos, pero sin mi ayuda, siempre estoy en el banquillo animando, poco más puedo hacer.

Creo que me estoy yendo de contexto, así que empezare sin más preámbulos. Son las 16:43 del jueves y mi madre insiste otra vez en que haga algo de mi vida y salga de casa, en vez de estar sentado en mi habitación enfrente al ordenador escribiendo cosas sin sentido que no me servirán para nada, o al menos eso piensa ella. Espero que algún día mi blog sea visitado por mucha gente y se hable de mi por lo que soy en realidad, no por lo que la gente me cataloga. Se llama "La segunda primera impresión", hablo sobre las opiniones de la gente hacia las personas diferentes a ellos, desde discapacitados a gente como yo, ignoradas por sus propios compañeros con el fin de hacerse un hueco en los grupos con más fama. Ojala se venda bien y tenga visitas, y aunque lleve con el blog 3 meses y solo tenga 74 visitas con 83 entradas, mi esperanza nunca disminuye.
Creo que por hoy terminé de escribir, al final mi madre va a tener razón y voy a salir de casa. Alcanzo algo de dinero de mi hucha y cojo las llaves de casa, y tras cerrar esta me dirijo a un bar a tomar algo. Esta un poco lejos de mi hogar, pero el local merece la pena.
Tras los 15 minutos de caminar por la calle, me adentré en el bar y pedí lo de siempre en el sitio de siempre durante los próximos 83 minutos de mi vida.
Creo que iban 17 justo cuando alzo la vista y veo a mis compañeros de clase, eran 5 exactamente, 3 chicas y dos chicos. Lo primero que pensé al verlos fue esconderme para evitar que me viesen y que se metiesen conmigo, pero no lo hice, actué de una manera distinta, me levanté y cogí un periódico que estaba a mi izquierda, lo abrí y leí lo primero que encontré.
Pasaron de largo, pero cuando pensé que me había librado de ellos, uno se percató de mi presencia y se acercó. Alzó la mano en mi dirección y me cogió el hombro llamando mi atención.
- Hola James. Vente con nosotros a nuestra mesa.
Que situación mas extraña, pero no la podía desaprovechar. Antes tengo que tantear la situación, no vaya a ser una trampa.
- No sé, estaba a punto de irme ahora mismo, así que...
- Chicos, se tiene que ir - respondió hacia su mesa.
- Venga James, quédate un rato más.
Estaba atrapado, no podía escapar. Tendré que ir y aguantar...

Los siguientes 56 minutos que viví fueron agradables, más de lo que pensaba. Me dejaban hablar de mí, de lo que hacía, de mis opiniones sobre los temas frecuentados en la mesa... era uno mas del grupo y lo más curioso es que nunca hablamos de Sisi ni la criticaron.
Son las 18:38, tengo que pensar en irme a casa para prepararme para el ensayo del coro.
- Lo siento, pero tengo que irme.
- Ahora no, vamos a dar una vuelta por la ciudad y haber lo que pasa. - Contestaron a coro los 5.
- Me encantaría, pero tengo en una hora ensayo y tengo que cenar y prepararme.
- A que hora tienes que estar allí?
- A las 20:00.
Se retiraron un poco hablaron en bajo entre ellos. No logro saber que dicen, pero se volvieron y dijo una:
- Te importa que vayamos contigo?
- Si os apetece...
- Pues allí estaremos.
Y nos separamos los 6, yo hacia casa y ellos a saber por donde, pero tenía cita con ellos a las 20:00 para lo que podría ser un espectáculo en el mal sentido.

19:58, a un minuto de llegar al ensayo, solo queda doblar la esquina, seguir recto 10 metros, girar a la derecha y otra vez a la izquierda y ya llego. Me conozco el camino de memoria, tanto que se me hace tedioso. Tras girar por ultima vez, subo las escaleras y abro la puerta esperando ver al grupo de 5 que prometió venir en 1 minuto al ensayo. Aunque no esperaba verlos allí, o al menos que fuesen puntuales, vi a una persona esperando tras la entrada, estaba de espaldas. Pelo oscuro y de altura media, no la reconocí al momento, pero al oír la puerta cerrarse, se dio la vuelta y pude contemplar su rostro.
Era la persona que menos me esperaba encontrar en estos parajes. Tal era mi asombro que balbuceando conseguí pronunciar unas verbas en voz alta, lo suficiente como para que ella me escuchase.

- Sisi...?